
Miravoz de la poesía de Ramón García Mateos
No pudo haberse escogido mejor pórtico para la nueva andadura del Aula de Poesía de Cambrils que la presencia en su inauguración de la cantante Marina Rossell, poesía su voz y poesía la letra de sus canciones. El acto, celebrado en la Ermita de la Mare de Déu del Camí, congregó a los habituales peregrinos, lealtad de sedientos, que se ha convertido ya en una religión a cuyo credo de versos se amparan contra las acometidas de prosaísmo de la vida de ahí fuera. En tiempos tan complicados como los que vivimos, cruzar el dintel de ese pórtico es pisar sobre sagrado, como aquellos perseguidos que se acogían a la inmunidad de los templos. Siempre la cultura y la belleza han sido refugio del espíritu pero quizás en ningún momento relativamente cercano en el tiempo, haya sido tan necesaria (y tan difícil) esa techumbre artesonada de palabras que nos protege, como lo es en nuestros días. A la invasión de lo vulgar, lo feo y lo mediocre, hay que sumar ahora la sensación de incertidumbre que colorea el horizonte de nubarrones parduzcos. Tanto es así que para Ramón García Mateos, el gran artífice, al menos ideológico, de esta heroica resistencia cultural, el mayor premio de la presente edición es el de sobrevivir.Con esa admirable agonía de las cosas nobles, encara el Aula de Poesía su quinta singladura. De esos cinco años, hemos sido humildes cronistas en estas mismas páginas de los dos últimos y esa seguirá siendo nuestra intención, movida primero por un afán casi lascivo de aprendizaje; después por la voluntad de divulgar a los poetas actuales y, de paso, de ayudar en la promoción del Aula. [Seguir leyendo en Cesó todo y déjeme]
A partir de una canción popular, probablemente de los años oscuros del reinado de Fernando VII, Goytisolo escribió este "Soldado", que se publicó por vez primera en "Del tiempo y del olvido" (1977) y, más tarde, en la popular antología "Palabras para Julia y otras canciones" (1980). El salmantino Paco Curto canta una hermosa versión del tema popular en su disco "La guerra civil española".
Poesía y literatura no son la misma cosa:
el origen de la poesía no está en la letra escrita —salvemos el pleonasmo— sino en la palabra oral, viva y de repente, que se pierde en el tiempo, en la palabra sagrada, rito y conjuro, que descubre el mundo y lo crea y lo transforma
la poesía no es heredera de la vida, la poesía es la misma vida que bulle en el corazón de las palabras, palabras que son la vida misma, el corazón de un hombre: una palabra
no escribimos el poema —barro y materia—, es el poema quien nos escribe, nos informa, nos construye: razón y conocimiento, pasión e inteligencia.
Poesía y literatura no son la misma cosa:
la literatura nace de la invención —de la mentira— y el verso desgrana la verdad en gajos de emoción y de ternura
la poesía es numen creador, dios de la blasfemia, redentor apóstata que nos salva de la equimosis del tiempo
la literatura es aire, dulzura que acaricia, mas el poema es luz que de tan pura hiere, resplandor que revela la negrura del alma, que inquieta las pupilas, deforma los cartílagos y purifica el tuétano del dolor.
Poesía y literatura no son la misma cosa:
matrimonio es la letra, es la ley, el contrato: la poesía es la puta, es la amante que nos lame el sexo, que destruye firmezas, que esconde entre sus muslos la flor de una pasión
la poesía es la absenta, Baudelaire y el ajenjo, es la pipa de kif, el incesto y el hambre, el mendigo y un grito en el filo imposible de una navaja de afeitar
literatura es la siembra, esperanza y futuro, recolección y vendimia: en el verso más puro sólo hallamos un páramo que jamás nos consuela, donde no hay confianza ni aliento ni promesa, sólo cáncer y sueño, contraseña que esconde la medida del miedo.
Poesía y literatura no son la misma cosa:
claro está que hablo de lo que escriben los poetas, esos poetas que dejan la vida crucificada en las palabras: Juan de Yepes, César Vallejo, Blas de Otero...
esos poetas que escriben con la sangre y con el pulso de la muerte: Jorge Manrique, Garcilaso, el gran Aldana...
poetas del desamparo y la amargura: voces anómimas que gimen al compás de una guitarra....
poetas para el clamor y la memoria: Quevedo, Rosalía, Machado, García Lorca...
Poesía y literatura no son la misma cosa:
no, porque escribir como ellos escriben le cuesta a uno la vida.
Ramón García Mateos
Precioso poema de amor, del libro "Los pasos del cazador" (1980) de José Agustín Goytisolo, que aquí borda Manolo del Ojo, con los coros de Pepe y Cristina. Ramón García Mateos