VIII. [Yo hice el mundo en mi lengua castellana]
Hoy estoy seguro que descubrí la vida en las
palabras de aquellos hombres que hablaban a la
puerta de la taberna con anchas sílabas de tierra.
Solemnemente hablaban del trigo y de la lluvia,
del vino y la cosecha. Sus palabras —ya mías—
quedan en el recuerdo como paloma de luz en un
revuelo.
Yo hice el mundo en mi lengua castellana
y aprendí el nombre exacto de las cosas
—madre, tierra, silencio,
hermano y compañía—,
supe entonces que sólo las palabras
eran de cuanto existe la medida.
El mundo se hizo en mí
a fuerza de palabras
y el verbo transformado en realidades
fue de pronto madera,
canción y sentimiento.
Nada quedaba fuera de los nombres,
las plantas se nombraban una a una,
los pájaros, el fruto de los árboles,
el nombre conseguido de los nombres.
Supe entonces que todo era ya mío,
que nada se escapaba a la palabra,
era entonces mi mundo
de luz y de esperanza.
(C) Ramón García Mateos
Territorio de la Ausencia
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI