sábado, 31 de diciembre de 2011

La eternidad es mi memoria esdrújula...


La eternidad es mi memoria esdrújula,

aluvión de los tiempos sucedidos

que arrastra entre sus aguas las palabras

sabias de compasión. La eternidad.



La eternidad es mi memoria invicta,

suma de instantes, vuelo azul del aire

donde la luz se despereza y canta

para nombrar el mundo. La eternidad.



La eternidad es la memoria mía,

la memoria del agua en los estanques,

de la tierra labrada en los tardíos,



de mi triste orfandad endomingada.

A eternidad me huelen las palabras

y a memoria sin fin sabe la muerte



RAMÓN GARCÍA MATEOS

(31 de diciembre de 2011)

viernes, 9 de diciembre de 2011

Y la luz de silencio se hizo en Oviedo y en Gijón

Ramón García Mateos, Eusebio Ruiz y Susana Tejedor en la Librería Cervantes de Oviedo


Quien toca este libro toca a un hombre
Walt Whitman



En la Librería Cervantes de Oviedo, el poeta asturiano Eusebio Ruiz presentó su poemario Luz de silencio para luego partir hacia Gijón y sus Encuentros Poéticos. En ambas ocasiones la tersa palabra de Eusebio cautivó a los asistentes e hizo la felicidad de sus muchos amigos que acudieron a la vera de su poesía para vivir este sueño en plenilunio.

Arropado por la imponente y generosa presencia poética de Ramón García Mateos y por el alma grande de Antonio Merayo, Eusebio Ruiz hizo lo que mejor sabe: entregarse a torrentes a la belleza que lo permea desde siempre, a la amistad que lo constituye, a la luz que lo filtra y al silencio que le ha dado sus palabras.

Querido por todos, de todos amigo, amante entregado de la poesía que le acaricia en plata los cabellos y le pone oro en la sonrisa, Eusebio no ha escrito un libro solamente, sino que se ha escrito en él por completo, de tal modo que quien toque Luz de silencio, tocará, amoroso por entero, el corazón de un hombre.

María García Esperón

sábado, 26 de noviembre de 2011

Ramón García Mateos presenta a Eusebio Ruiz en el Centro de Cultura Antiguo Instituto, Gijón



El próximo viernes 2 de diciembre a las 20 hs. Ramón García Mateos presenta a Eusebio Ruiz en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón.

Este encuentro poético estará coordinado por Antonio Merayo y la música a cargo de Dani García de la Cuesta.

Centro de Cultura Antiguo Instituto
C/Jovellanos, 21
Gijón

Más información en


domingo, 20 de noviembre de 2011

Ramón García Mateos recitando poemas de "Triste es el territorio de la ausencia"


Documento gráfico de edición digital "Alicante : Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Unidad Audiovisual-Área de Comunicación, 2005", que contiene los videos: Morfina en el corazón, Aunque camine sin rumbo, y Triste es el territorio de la ausencia.

Para escuchar el video "Triste es el territorio de la ausencia" hacer clic AQUÍ

sábado, 5 de noviembre de 2011

Territorio de la ausencia I

Territorio de la ausencia






Ved que todo es infancia:
la verdad que es silencio para siempre.
CLAUDIO RODRÍGUEZ

I

Aquella sería para siempre la casa del padre,
donde el tiempo no existió y los paisajes son
mágicos recuerdos. Allí transcurrieron los años
de la infancia -entre amor y despedidas-
con su presencia constante y protectora.

He regresado hoy
recobrando paisajes
a la casa perdida
en el filo del tiempo.
Allí estaban los años
de tristeza y de juego,
las nostalgias heridas
de mi madre y su ausencia,
las tardes de verano
bajo el nogal antiguo
de canciones y cuentos.
Allí estaba el misterio
de las viejas alcobas,
el desván polvoriento
con el eco sonoro
de temores y risas,
la soledad atroz
de tanta despedida.
Y todo lo cubría
la presencia de ella,
amorosa y distante,
como diosa que sabe
acariciar la aurora
-constante su palabra
inventando mi mundo-
o amasar los silencios
en la casa perdida
en el filo del tiempo.




c) RAMÓN GARCÍA MATEOS
De: Triste es el territorio de la ausencia, 1998
También en:
Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010), 2010
Recita: Joaquín de la Buelga
Selección musical: Joaquín de la Buelga
Edición: Alejandra Moglia

Territorio de la ausencia II



Siempre vestida de negro, con sus manos cálidas
y la ternura brotando de sus ojos, ella sola era el
hálito de vida de todo lo que en la casa era para
mí cercano y entrañable.

Mientras todos dormían
he regresado al tiempo
de las voces perdidas,
allí estaba su sombra
recorriendo la noche,
levemente amorosa
en el gesto del agua.
He seguido su rastro
por las viejas estancias,
la mirada y las manos
como alados recuerdos
entre tules y linos
del salón y la mesa,
la caricia ligera
de su voz olvidada.
Sólo el áspero aroma
de la noche en silencio
se ha quedado en mi boca
y un sabor de nostalgias.





c) RAMÓN GARCÍA MATEOS
De: Triste es el territorio de la ausencia, 1998
También en:
Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010), 2010
Recita: Joaquín de la Buelga
Selección musical: Joaquín de la Buelga
Edición: Alejandra Moglia

Territorio de la ausencia III



III

Me está mirando un niño desde el umbral del verso. Del verso que se extiende y se hace versículo y se pierde en el mismo y trae a este papel a Tomás y a Blanquito, sentados a mi lado en la alameda nueva, con aquel cigarrillo de Bisonte o Jeán entre los dedos. Las horas primeras de la noche eran las mismas y el humo azulado del tabaco de nuevo me acerca su presencia, complicidad culpable de tantas rebeldías.


c) RAMÓN GARCÍA MATEOS
De: Triste es el territorio de la ausencia, 1998
También en:
Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010), 2010
Recita: Joaquín de la Buelga
Selección musical: Joaquín de la Buelga
Edición: Alejandra Moglia

Territorio de la ausencia IV



IV

Ahora, desde la luz de la memoria, es
como si en el territorio de la infancia se hubiera
abolido el tiempo y todos los años hubieran sido el mismo:
un año prolongado y mágico.

El pueblo de caminos
y cuestas empinadas
testigo fue en silencio,
en muda lejanía,
de risas y promesas,
de futuros abiertos
a un incierto mañana
con la aurora vencida.
Las paredes de piedra,
los pasillos oscuros,
las ventanas sin rejas
abiertas al paisaje
y nosotros hundidos
en la inmensa penumbra
vagando como sombras
por fin reconocidas.
Seguimos las estrellas
bajo el cielo en la noche,
cruzamos las distancias
de tiempos y de mares,
abrimos esperanzas
entre el alba y el día.
Después, tras tanto tiempo
tentando la memoria,
nos quedan los caminos,
las paredes de piedra,
la mudez de las cosas,
la palabra encendida.





c) RAMÓN GARCÍA MATEOS
De: Triste es el territorio de la ausencia, 1998
También en:
Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010), 2010
Recita: Joaquín de la Buelga
Selección musical: Joaquín de la Buelga
Edición: Alejandra Moglia

Territorio de la ausencia V



Al lado del pozo estuvo siempre el viejo
nogal, altivo e inmóvil al paso de los
días. En verano, a su sombra, contábamos
historias o bailábamos las tabas.

Apenas queda nada
de mi mirar de niño
ni queda apenas tiempo
testigo de los días
cuando sin más ni más
allí fuimos felices.
He buscado en el último
rescoldo del invierno
y en las vasijas tristes
quebradas por la espera,
en el vértice mismo
del recuerdo olvidado
y en la vieja memoria
verdecida de hiedra,
he buscado sin rumbo
un atisbo de nada,
un resquicio de vida
en el umbral del miedo,
y sólo a ti te encuentro,
viejo nogal, eterno.



c) RAMÓN GARCÍA MATEOS
De: Triste es el territorio de la ausencia, 1998
También en:
Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010), 2010
Recita: Joaquín de la Buelga
Selección musical: Joaquín de la Buelga
Edición: Alejandra Moglia

Territorio de la ausencia VI



VI

Mientras os veo entre libros, estuches, cartapacios, mientras contemplo ahora vuestra inquieta mirada llega tenue el recuerdo de otro aula, otro tiempo. Allí quedó mi mesa, el pupitre escolar, y el silencio de Víctor con su cabás de pino o la risa de Antonio, bulliciosa y feliz. Allí quedó el brasero de los días de invierno, el retrato amarillo del general sin nombre, la varita de fresno, el puntero y el mar.


c) RAMÓN GARCÍA MATEOS
De: Triste es el territorio de la ausencia, 1998
También en:
Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010), 2010
Recita: Joaquín de la Buelga
Selección musical: Joaquín de la Buelga
Edición: Alejandra Moglia

Territorio de la ausencia VII



VII

Por más que busco sus rostros en el más hondo
rincón de mi memoria y registro los bolsillos
secretos donde guardé un trozo de mi infancia,
no puedo hallar el gesto aquel de Tomás en el
juego, la mirada de Esme o el sufrir del Gordito.
Aunque busco sus rostros...

Os busco en los espejos transparentes,
limpios de azogue, almas silenciosas,
y sólo soledad hay en su fondo.

Os busco en las estancias de la casa,
allí donde crecimos a la vida,
y sólo hay soledad en la penumbra.

Os busco en los jardines, en la noche,
laberinto de amores y conjuros,
y soledad tan sólo hay en las frondas.

En la soledad os busco decidido
y sólo soledad hallo en el medio
del ansia de vivir a contratiempo.


c) RAMÓN GARCÍA MATEOS
De: Triste es el territorio de la ausencia, 1998
También en:
Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010), 2010
Recita: Joaquín de la Buelga
Selección musical: Joaquín de la Buelga
Edición: Alejandra Moglia

Territorio de la ausencia VIII



VIII

Como aquel viejo grabado, otras muchas cosas
quedaron adormecidas en el hondón de la memoria
y hoy se revelan como la respuesta última
a su tiempo recobrado y que quisiéramos
salvado del olvido.

De todas esas cosas
que a veces nos rodean
yo prefiero sin duda
las que menos importan,
aquellas que guardamos
en armarios perdidos,
antiguas alacenas,
aquellas que olvidadas
regresarán un día,
después de mucho tiempo
tanto dolor
cuanta ternura
pondrán en nuestras manos,
nos dirán que son ellas,
esas cosas humildes
que a veces nos rodean,
las que hicieron posible
el recuerdo constante,
la mirada furtiva,
el paso de los días,
la voz de la existencia,
esas cosas sencillas
de tanto cotidiano
manejo en las palabras
después de este camino,
al fin sobre el ocaso,
serán la voz sincera
y el eco del pasado.



c) RAMÓN GARCÍA MATEOS
De: Triste es el territorio de la ausencia, 1998
También en:
Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010), 2010
Recita: Joaquín de la Buelga
Selección musical: Joaquín de la Buelga
Edición: Alejandra Moglia

Territorio de la ausencia IX



IX

Descubrimos la vida en las palabras, vislumbramos el mundo de las voces que amasaron el tiempo lentamente, los días se confunden en un mar de palabras.

Tal vez nosotros mismos seamos sólo palabras que buscan gran amor.

Palabras que nos dejan una honda tristeza como el cantar antiguo de la fuente de piedra: la historia confusa y clara la pena.

Palabras que nos traen una vieja nostalgia que se esconde del tiempo en el fondo del alma: de añoranzas y besos y de risas amargas.

Palabras que reviven una inquieta alegría en revuelo de gestos y miradas cautivas: palabras que entretejen paso a paso la vida.


c) RAMÓN GARCÍA MATEOS
De: Triste es el territorio de la ausencia, 1998
También en:
Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010), 2010
Recita: Joaquín de la Buelga
Selección musical: Joaquín de la Buelga
Edición: Alejandra Moglia

Territorio de la ausencia X



X

A veces, en la noche, deseos y recuerdos se confunden
en la niebla del tiempo. A veces la realidad no termina
en la simple línea fronteriza de los sueños.

Subimos una noche,
era invierno en Cerralbom
entre risas y besos
y por calles oscuras
a la vieja alameda
en el arco del tiempo.
Aún recuerdo tus manos
y el calor de tu boca,
aún recuerdo tu risa
y el sabor de tus labios,
aún recuerdo tus ojos
y la luna de enero
reflejando silencios,
bajo el cielo en la noche
que ocultaba los besos.
Cuando ahora te busco,
un septiembre de lluvia
en el fondo de un verso,
sólo encuentro el aroma
-que llegó en una carta-
de la flor del romero.


c) RAMÓN GARCÍA MATEOS
De: Triste es el territorio de la ausencia, 1998
También en:
Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010), 2010
Recita: Joaquín de la Buelga
Selección musical: Joaquín de la Buelga
Edición: Alejandra Moglia

Territorio de la ausencia XI



XI

Hoy estoy seguro que descubrí la vida en las palabras
de aquellos hombres que hablaban a la puerta
de la taberna con anchas sílabas de tierra. Solemnemente
hablaban del trigo y de la lluvia, del vino y la cosecha.
Sus palabras -ya mías- quedan enel recuerdo como
paloma de luz en un revuelo.

Yo hice el mundo en mi lengua castellana
y aprendí el nombre exacto de las cosas
-madre, tierra, silencio,
hermano y companía-,
supe entonces que sólo las palabras
eran de cuanto existe la medida.
El mundo se hizo en mí
a fuerza de palabras
y el verbo transformado en realidades
fue de pronto madera,
canción y sentimiento.
Nada quedaba fuera de los nombres,
las plantas se nombraban una a una,
los pájaros, el fruto de los árbolees,
el nombre conseguido de los nombres.
Supe entonces que todo era ya mío,
que nada se escapaba a la palabra,
era entonces mi mundo
de luz y de esperanza.


c) RAMÓN GARCÍA MATEOS
De: Triste es el territorio de la ausencia, 1998
También en:
Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010), 2010
Recita: Joaquín de la Buelga
Selección musical: Joaquín de la Buelga
Edición: Alejandra Moglia

sábado, 29 de octubre de 2011

"El Aula de Poesía de Cambrils", por Fernando Parra


No pudo haberse escogido mejor pórtico para la nueva andadura del Aula de Poesía de Cambrils que la presencia en su inauguración de la cantante Marina Rossell, poesía su voz y poesía la letra de sus canciones. El acto, celebrado en la Ermita de la Mare de Déu del Camí, congregó a los habituales peregrinos, lealtad de sedientos, que se ha convertido ya en una religión a cuyo credo de versos se amparan contra las acometidas de prosaísmo de la vida de ahí fuera. En tiempos tan complicados como los que vivimos, cruzar el dintel de ese pórtico es pisar sobre sagrado, como aquellos perseguidos que se acogían a la inmunidad de los templos. Siempre la cultura y la belleza han sido refugio del espíritu pero quizás en ningún momento relativamente cercano en el tiempo, haya sido tan necesaria (y tan difícil) esa techumbre artesonada de palabras que nos protege, como lo es en nuestros días. A la invasión de lo vulgar, lo feo y lo mediocre, hay que sumar ahora la sensación de incertidumbre que colorea el horizonte de nubarrones parduzcos. Tanto es así que para Ramón García Mateos, el gran artífice, al menos ideológico, de esta heroica resistencia cultural, el mayor premio de la presente edición es el de sobrevivir.

Con esa admirable agonía de las cosas nobles, encara el Aula de Poesía su quinta singladura. De esos cinco años, hemos sido humildes cronistas en estas mismas páginas de los dos últimos y esa seguirá siendo nuestra intención, movida primero por un afán casi lascivo de aprendizaje; después por la voluntad de divulgar a los poetas actuales y, de paso, de ayudar en la promoción del Aula. [Seguir leyendo en Cesó todo y déjeme]


El artículo apareció en la sección "El cura y el barbero" que el Prof. Fernando Parra escribe para el Diari de Tarragona, y posteriormente en su blog Cesó todo y déjeme que realiza junto a la Prof. Beatriz Pastor.

martes, 18 de octubre de 2011

"Poemas, canciones y otros versos". Próxima presentación de Goliardos

El próximo sábado 22 de octubre a las 19:30 hs, Goliardos presentará "Poemas, canciones y otros versos" en la Biblioteca de Amposta, en el marco de las VI Jornadas de les Lletres Ebrenques,





domingo, 9 de octubre de 2011

Lágrimas de San Lorenzo

Sentado en el jardín, alta la noche,
cruzan agosto lágrimas del cielo:
llora el silencio, lloran las estrellas,
llora la soledad del firmamento.
Alta la noche, la ciudad dormida:
sentado en el jardín escribo versos.
Agosto ya traspasa el horizonte
y amordazan el sueño los recuerdos.
Quedo canta Atahualpa mi tristeza
-amo su voz antigua como el llanto-
y gime su guitarra en una copla.
Es agosto y mi pena no lo sabe,
es de noche en el vientre de mis versos.
Presagio de la muerte: olor de sombras.

(c) Ramón García Mateos
Como otros tienen una patria, 2007


sábado, 1 de octubre de 2011

Poética

Lo convierto todo en un poema
y trasmuto la vida en las palabras
y descubro algún verso en cada esquina.
¿Acaso soy palabra frente al mundo?
Y el amor se transforma en caracola
y la muerte en semilla de centeno
y el recuerdo en dolor amortajado.
¿Qué es anterior, palabra o sentimiento?
No quiero ser poema, yo no quiero,
ni ser tampoco un verso bien medido,
ni siquiera metáfora perfecta.
Sólo ser hombre en quien palpite el tiempo,
me basta con ser hombre si me quieres,
mujer a quien escribo este poema.

(c) Ramón García Mateos

Como otros tienen una patria, 2007
X Premio de Poesía Ciudad de Salamanca

martes, 20 de septiembre de 2011

La enseñanza pública: la única necesaria

He creído siempre que la escuela pública —y digo escuela, obviamente, en su valor más genérico— es una de las herramientas fundamentales para luchar contra la desigualdad y la injusticia social y, sin duda, la única capaz de garantizar el acceso de todos los ciudadanos a la formación y el conocimiento, más allá de su origen y de sus condiciones sociales y económicas. He creído siempre que la escuela pública tiene que defender un compromiso inexcusable con los valores más altos de nuestra sociedad —defensa de la democracia, la libertad, la tolerancia, la interculturalidad y la paz—, y tiene que estar abierta a todos, sin barreras de clase, género, raza, religión o procedencia. He creído siempre que la escuela pública tiene que ser un espacio de libertad para el desarrollo de un proyecto educativo propio y tiene que estar —ay, con el presupuesto hemos dado, Sancho — dotada de los recursos adecuados para poder atender todas las necesidades formativas y desarrollar modelos de apertura a su entorno social y cultural. He creído siempre que la escuela pública no puede regirse por las leyes del mercado —parece evidente que no debemos medir la educación con la misma vara con que calibramos los negocios—, ni tampoco ser espacio para el adoctrinamiento religioso. He creído siempre que la escuela pública debe de situarse en la mejor tradición del librepensamiento español, la cual proviene, por ejemplo, de la Institución Libre de Enseñanza y el Instituto Escuela, de Giner de los Ríos y Ferrer i Guardia, del laicismo y el compromiso social.

Esta toma de posición es hoy doblemente necesaria, puesto que en los últimos años hemos asistido a una ofensiva bicéfala encaminada al descrédito del sistema educativo público, en todos sus niveles: por un lado, el embate de ciertos sectores sociales que, bajo el pretexto de preservar la libertad y el derecho de los padres a elegir el tipo de educación que desean para sus hijos —siempre en centros privados, naturalmente—, buscan el desprestigio de la enseñanza pública; y, por otra, la situación real, propiciada por la política educativa de los últimos años, que ha obligado a colegios e institutos públicos a asumir, sin recursos ni ayudas, una problemática social hacia ellos derivada. Por eso, hoy más que nunca y aunque conscientes de sus carencias y problemas, es necesario resaltar los logros y la profunda transformación social que ha propiciado la extensión y universalización de la enseñanza pública, resaltar la labor de los profesionales, maestros y profesores, y apostar firmemente por una escuela libre e integradora. Aun más, reclamar los cambios necesarios de nuestro sistema educativo y más y mejores recursos, también económicos, porque, de una vez, sea ya historia pasada aquella jota que allá por 1976 cantaba La Bullonera: Para tener en la vida/ educación esmerada,/ viva Dios, viva la Virgen/ y la enseñanza privada.

RAMÓN GARCÍA MATEOS



Un año sin José Antonio Labordeta

Este billete se publicó en el "Diari de Tarragona" con motivo de la muerte de Labordeta. Hoy, un año después, y entre debates y controversias que ponen a cada uno en su sitio, os lo dejo aquí. Con el mismo cariño con que lo escribí.

19 de septiembre de 2011



JOSÉ ANTONIO LABORDETA: LA VOZ Y LA PALABRA


Me despido de mi tierra,
de mis montañas y ríos.
Me marcho porque me empujan,
nunca lo hubiera querido.

Aunque me voy no me voy,
aunque me voy no me ausento.
Aunque me voy de persona
me quedo de pensamiento.
J. A. Labordeta


Con frecuencia, la sombra de la muerte deforma la imagen de aquellos que se fueron. A veces agiganta su perfil y, en otras ocasiones, banaliza su legado. En estos días, desde que supimos la triste nueva, no por esperada menos dolorosa, de la muerte de José Antonio Labordeta, los medios de comunicación han hecho antología de anécdotas y chascarrillos referidos, sobre todo, a su etapa como diputado, quedando así la imagen amable de un político campechano, gruñón e insobornable, capaz de mandar literalmente a la mierda a la derecha más rancia y ultramontana. Con alguna mención a su aventura televisiva de viajero incansable por las tierras de España. Y a su bonhomía. Y poco más. Como si esos fuesen los límites de su herencia. Es de justicia reivindicar la importancia de su figura y la huella de su labor en el panorama de la cultura española contemporánea. Referente imprescindible en el ámbito de la canción de autor, uno de esos trovadores y juglares que buscaron en la poesía el camino hacia la libertad y que algún día se estudiarán en las aulas universitarias como hoy lo hacemos con sus colegas medievales y renacentistas. Escritor por vocación y poeta por destino, nos deja un ramillete de novelas, obras memorialísticas y, sobre todo, libros de poemas de indiscutible calidad y significación, porque Labordeta es, fundamentalmente, un poeta que, en el azar de un tiempo sombrío, empuñó la guitarra para trocar poemas en canciones, igual que, años después, transformó en crónica audiovisual su mirada lírica sobre los hombres y los paisajes de la vieja Iberia. Un hombre de izquierdas a quien, desde los años de la dictadura, el compromiso social y humano le empujó a la actividad política, como compañero de viaje del PCE, como fundador del Partido Socialista de Aragón, como promotor del diario Andalán, como diputado por la CHA… siempre con sensación de provisionalidad porque la política no fue nunca su medio de vida y porque no quiso verse jamás señalado con aquella bienaventuranza del acervo popular: “Bienaventurados, madre, / los políticos de oficio / que trabajan para el pueblo / si ello les da beneficio.”
Tengo una querencia especial por el abuelo. Por sus canciones y poemas, que me han acompañado desde siempre y han llenado esos huecos de soledad que se abren ante nosotros, algunas veces, como socavones de la existencia. Por su actitud ante el mundo. Porque me abrió las puertas a la poesía de su hermano Miguel, como un regalo impagable. Estuve con él, por última vez, en julio de 2009, en Jaca. Allí hicimos planes para que viniese a leer sus versos a Cambrils. Tendría que haber sido el pasado mes de noviembre; la enfermedad se lo impidió. Ahora, aquella cita queda aplazada para siempre.

RAMÓN GARCÍA MATEOS

martes, 13 de septiembre de 2011

Cómo quieres que olvide si no puedo



Cómo quieres que olvide si no puedo
vencer este sabor de nuez amarga,
este sabor de hierro y de metralla
que rasga el velo añil de los recuerdos.

Cómo quieres que olvide si no puedo
sumar nogal y pozo y luz del alba
—el calor de la lumbre: leña y brasa—
huérfano ya de infancia y tierra y miedo.

Apenas nada pervive entre mis manos:
el invierno y un niño y el prodigio
del carámbano herido en los cristales.

No me dejes tan hondo y desolado,
ebrio de compasión y sin destino:
basta un beso, mi amor, cruzando el aire.

(C) Ramón García Mateos
Poema del cuerpo y el abismo
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI

domingo, 11 de septiembre de 2011

Territorio de la ausencia

I

Aquella sería para siempre la casa del padre,
donde el tiempo no existió y los paisajes son
mágicos recuerdos. Allí transcurrieron los años
de la infancia –entre amor y despedidas–
con su presencia constante y protectora.

He regresado hoy
recobrando paisajes
a la casa perdida
en el filo del tiempo.
Allí estaban los años
de tristeza y de juego,
las nostalgias heridas
de mi madre y su ausencia,
las tardes de verano
bajo el nogal antiguo
de canciones y cuentos.
Allí estaba el misterio
de las viejas alcobas,
el desván polvoriento
con el eco sonoro
de temores y risas,
la soledad atroz
de tanta despedida.
Y todo lo cubría
la presencia de ella,
amorosa y distante,
como diosa que sabe
acariciar la aurora
—constante su palabra
inventando mi mundo—
o amasar los silencios
en la casa perdida
en el filo del tiempo.


V



Al lado del pozo estuvo siempre el viejo
nogal, altivo e inmóvil al paso de los
días. En verano, a su sombra, contábamos
historias o bailábamos las tabas.


Apenas queda nada
de mi mirar de niño
ni queda apenas tiempo
testigo de los días
cuando sin más ni más
allí fuimos felices.
He buscado en el último
rescoldo del invierno
y en las vasijas tristes
quebradas por la espera,
en el vértice mismo
del recuerdo olvidado
y en la vieja memoria
verdecida de hiedra,
he buscado sin rumbo
un atisbo de nada,
un resquicio de vida
en el umbral del miedo,
y sólo a ti te encuentro,
viejo nogal, eterno.


Ramón García Mateos


(De "Triste es el territorio de la ausencia", 1998)

También en:

García Mateos, Ramón. Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010). Salamanca: Diputación de Salamanca, 2010

Fotografías: Ramón García Mateos

sábado, 10 de septiembre de 2011

Yo hice el mundo en mi lengua castellana


VIII. [Yo hice el mundo en mi lengua castellana]


Hoy estoy seguro que descubrí la vida en las 
palabras de aquellos hombres que hablaban a la 
puerta de la taberna con anchas sílabas de tierra. 
Solemnemente hablaban del trigo y de la lluvia, 
del vino y la cosecha. Sus palabras —ya mías— 
quedan en el recuerdo como paloma de luz en un 
revuelo.



Yo hice el mundo en mi lengua castellana
y aprendí el nombre exacto de las cosas
—madre, tierra, silencio,
hermano y compañía—,
supe entonces que sólo las palabras
eran de cuanto existe la medida.
El mundo se hizo en mí
a fuerza de palabras
y el verbo transformado en realidades
fue de pronto madera,
canción y sentimiento.
Nada quedaba fuera de los nombres,
las plantas se nombraban una a una,
los pájaros, el fruto de los árboles,
el nombre conseguido de los nombres.
Supe entonces que todo era ya mío,
que nada se escapaba a la palabra,
era entonces mi mundo
de luz y de esperanza.


(C) Ramón García Mateos
Territorio de la Ausencia
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI

V Jornades de les Lletres Ebrenques, Amposta, año 2010

Palabras de Ramón García Mateos dedicadas a la obra del poeta Gerard Vergés durante las V Jornades de les Lletres Ebrenques realizadas en Amposta del 19 al 23 de octubre de 2010.




miércoles, 7 de septiembre de 2011

Goliardos: "Soldado", de José A. Goytisolo


Dice Ramón García Mateos:

A partir de una canción popular, probablemente de los años oscuros del reinado de Fernando VII, Goytisolo escribió este "Soldado", que se publicó por vez primera en "Del tiempo y del olvido" (1977) y, más tarde, en la popular antología "Palabras para Julia y otras canciones" (1980). El salmantino Paco Curto canta una hermosa versión del tema popular en su disco "La guerra civil española".

domingo, 28 de agosto de 2011

Goliardos: "La vida a veces", de Jaime Gil de Biedma


Versión del grupo de poesía y música Goliardos del poema "La vida a veces" de Jaime Gil de Biedma. Recita Ramón García Mateos

domingo, 21 de agosto de 2011

Poesía y literatura no son la misma cosa, por Ramón García Mateos

Poesía y literatura no son la misma cosa:


el origen de la poesía no está en la letra escrita —salvemos el pleonasmo— sino en la palabra oral, viva y de repente, que se pierde en el tiempo, en la palabra sagrada, rito y conjuro, que descubre el mundo y lo crea y lo transforma


la poesía no es heredera de la vida, la poesía es la misma vida que bulle en el corazón de las palabras, palabras que son la vida misma, el corazón de un hombre: una palabra


no escribimos el poema —barro y materia—, es el poema quien nos escribe, nos informa, nos construye: razón y conocimiento, pasión e inteligencia.


Poesía y literatura no son la misma cosa:


la literatura nace de la invención —de la mentira— y el verso desgrana la verdad en gajos de emoción y de ternura


la poesía es numen creador, dios de la blasfemia, redentor apóstata que nos salva de la equimosis del tiempo


la literatura es aire, dulzura que acaricia, mas el poema es luz que de tan pura hiere, resplandor que revela la negrura del alma, que inquieta las pupilas, deforma los cartílagos y purifica el tuétano del dolor.


Poesía y literatura no son la misma cosa:


matrimonio es la letra, es la ley, el contrato: la poesía es la puta, es la amante que nos lame el sexo, que destruye firmezas, que esconde entre sus muslos la flor de una pasión


la poesía es la absenta, Baudelaire y el ajenjo, es la pipa de kif, el incesto y el hambre, el mendigo y un grito en el filo imposible de una navaja de afeitar


literatura es la siembra, esperanza y futuro, recolección y vendimia: en el verso más puro sólo hallamos un páramo que jamás nos consuela, donde no hay confianza ni aliento ni promesa, sólo cáncer y sueño, contraseña que esconde la medida del miedo.


Poesía y literatura no son la misma cosa:


claro está que hablo de lo que escriben los poetas, esos poetas que dejan la vida crucificada en las palabras: Juan de Yepes, César Vallejo, Blas de Otero...


esos poetas que escriben con la sangre y con el pulso de la muerte: Jorge Manrique, Garcilaso, el gran Aldana...


poetas del desamparo y la amargura: voces anómimas que gimen al compás de una guitarra....


poetas para el clamor y la memoria: Quevedo, Rosalía, Machado, García Lorca...


Poesía y literatura no son la misma cosa:


no, porque escribir como ellos escriben le cuesta a uno la vida.


Ramón García Mateos




Óleo de César Vallejo por Bruno Portuguez Nolasco

martes, 16 de agosto de 2011

Goliardos: "Baladilla de los tres ríos", de Federico García Lorca (fragmento)


Goliardos en el castillo templario de Barberà de la Conca,Tarragona. Recita Ramón García Mateos.

"Goliardos. Poesía y música" está compuesto por Ramón García Mateos, Pepe Jiménez y Manolo del Ojo.


BALADILLA DE LOS TRES RIOS

A Salvador Quintero

El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.

¡Ay, amor,
que se fue y no vino!

El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.

¡Ay, amor,
que se fue por el aire!

Para los barcos de vela,
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.

¡Ay, amor,
que se fue y no vino!

Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques.

¡Ay, amor,
que se fue por el aire!

¡Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!

¡Ay, amor,
que se fue y no vino!

Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.

¡Ay, amor,
que se fue por el aire!

Federico García Lorca

sábado, 6 de agosto de 2011

Goliardos: "Como el eco", de José Agustín Goytisolo


Precioso poema de amor, del libro "Los pasos del cazador" (1980) de José Agustín Goytisolo, que aquí borda Manolo del Ojo, con los coros de Pepe y Cristina. Ramón García Mateos

miércoles, 3 de agosto de 2011

"La poesía no sirve para nada", por Ramón García Mateos

Este tiempo nuestro, suma de instantes que quisieran conducirnos hacia la vaciedad moral de un positivismo transformado en norma de vida y de conducta, considera inútil toda sabiduría cuyo objetivo sea el de restañar las heridas del alma. La poesía ha caído en desgracia porque no hay tarea más inútil que reconocer y construir el mundo en el cauce de un verso cuando nos han robado incluso, desde la insipidez de lo trivial, el valor último de las palabras. Pragmatismo y nimia banalidad para una época de profunda estupidez intelectual y simpleza ideológica.

Socialmente es un prestigio ser notario o registrador de la propiedad, oficios tan inútiles como el de poeta aunque, eso sí, mucho más peligrosos, sin embargo delinear endecasílabos es labor excéntrica y propia de la marginalidad, ya que, no lo olvidemos nunca, el lugar del poeta es siempre la intemperie. ¿Por qué, entonces, alguien puede dedicarse a una tarea tan aparentemente baldía como pergeñar versos? Seguimos forjando poemas porque sentimos en la espalda el aleteo de la muerte, porque la palabra nos salva de nuestra propia miseria, porque es camino de conocimiento que serpea hacia nosotros mismos y se desdobla hacia los demás, porque posibilita el traspaso de los límites que la razón ilustrada ha puesto a la palabra trascendente…

Por eso seguimos escribiendo versos, para que alguien, algún día, enjugue con ellos su corazón ensombrecido.

Ramón García Mateos


"Por eso seguimos escribiendo versos, para que alguien,
algún día, enjugue con ellos su corazón ensombrecido".

viernes, 29 de julio de 2011

Mientras irreverente el agua






Mientras irreverente el agua impide las procesiones en Sevilla —inútil tragedia adornada con
       lágrimas gentiles— y un joven costalero desespera su soledad ante las cámaras, en
       este viernes santo de lirios y azucenas me arrodillo ante ti:
beso dulcemente los pies como palomas, tus pies donde comienza el vértigo adormecido del
       deseo, el ascenso hacia la canción de alminar y amanecida, como jacintos los dedos
       de aljibe en agua clara,
agua clara mis besos, saliva para lavar la piel y la memoria, lavo tus pies como María de
       Magdala, agua de rosas y aroma de azoguejo, mil olores como palomas amarradas a
       la agonía del corazón, saliva y besos para ungir tus pies con mi delirio,
delirio de cal, tobillos pavonados en imagen de escarcha, hiriente filo de la muerte, blanca la
      muerte, ciega la manzana que perfilan tus huesos y mis labios recrean, delirio de cal,
      perfume de jengibre,
raíz amarga, raíz que asciende por tus piernas, camino y tregua en busca de una rosa, nómada entre la
      arena, tuareg de los desiertos, punzón de agua que se clava en la arena, agua sin
      cauce para regar la rosa, para regar el tiempo,
el tiempo, galán de tafilete, es un reloj dibujado en tus rodillas, reloj de sol, clepsidra y agua,
reloj de sangre, quiero dar cuerda a ese reloj para que cante las horas que te amo —
tic-tac—, las horas y los días —tic-tac—, amante con cadenas, esfera del ocaso y
luz de seda,
     la seda de los muslos cubre el rostro de mi ansia de ti, ansia y espejo, como verónica que en
medio del albero quiebra al toro, mi rostro cubierto por la seda, tus muslos susurran
en mi oído, ay, por el arco de Elvira quiero verte pasar, para beber tu nombre y
ponerme a llorar, por el arco de Elvira,
     por el arco que abre las puertas de mi nombre, que abre las puertas de la noche en la ciudad
del aire, ojivas son las ingles, arco y madera de cerezo, para la redención madera,
viernes santo en Sevilla, cirios borrados por el agua, plaza de Santa Cruz y de
rodillas,
     de rodillas, sólo ante ti yo de rodillas en este vía crucis de pasión, mi amor, mi cruz de mayo,
cruz donde clavar la tarde y mi deseo, con lirios y azucenas, mientras junto al
Guadalquivir la lluvia deshoja lágrimas de cera y yo cruzo la puerta que se abre,
última estación, sagrario y cielo.

(C) Ramón García Mateos
Voz: María García Esperón
Música: Oración. Manolo Sanlúcar
MMXI

miércoles, 27 de julio de 2011

Goliardos: Al otro lado del espejo, un poema de José A. Goytisolo. Recita Ramón García Mateos



Goliardos en el castillo templario de Barberà de la Conca (Tarragona): Homenaje a José Agustín Goytisolo (21/08/09)
"Goliardos. Poesía y música" está compuesto por Ramón García Mateos, Pepe Jiménez y Manolo del Ojo.

Goliardos: Yo quise, un poema de José A. Goytisolo



Este poema, del libro "Claridad" (1961) de José Agustín Goytisolo, ha sido la canción con la que Goliardos hemos abierto nuestras actuaciones durante más de quince años. Era el tema que, tras el poema "Autobiografía" (recitado por el propio José Agustín), abría nuestro disco "Mala cabeza" (Tecnosaga, Madrid, 1992). Esta versión proviene de un concierto en La Vaquería (Tarragona). Como siempre, la voz de Pepe emociona. RGM.

domingo, 24 de julio de 2011

Reseña de "Rumor de agua redonda" de Ramón García Mateos, por Rafael Morales Barba

RUMOR DE AGUA REDONDA (ANTOLOGÍA 1998-2010) O LA TERNURA DESASOSEGADA DE UN SENTIMENTAL

Las auto antologías líricas suelen mostrar parte de lo mejor de un escritor desde el punto de vista del autor y son, como cualquier selección, un asunto complejo por lo significativo de laelección en relación con el tiempo del poeta. Ramón García Mateos (1960) ha sabido darnos su punto de vista sobre sí mismo y coincidir con la arteria principal de la poética de la segunda mitad del XX, lo desolado en sus fórmulas y matices. O si prefieren, ha sabido escogerse de entre su ya dilatada obra ante los ojos del lector con su pesadumbre rememorativa o impulso de muerte, corrobora el ajustado prólogo de Ángel Prieto de Paula, como un hijo de su tiempo. Aunque sólo en parte. Sí, por supuesto, está lo fundamental del momento como mal o marca de época, la melancolía y la mirada pensativa, que ha sustituido paulatinamente al nihilismo esencial (o el lanzarotismo de Sánchez Robayna) con que José Ángel Valente reinterpretó el existencialismo de posguerra hacia el ascoltare il silenzio, o el canto de lo matérico desolado de las poéticas del silencio. Una perspectiva que atañe en los 90 a los discípulos de Wallace Stevens como los metalingüísticos Antonio Méndez Rubio, o a poetas de diferente signo como Lorenzo Oliván. Pero la melancolía como herida viene en versos en el tránsito del 80-90, aquella que Richard Burton en 1621 recuperara para sus pocos lectores de entonces o de cuyos efectos malignos avisara un famoso grabado de Alberto Durero. Ya lo hemos dicho alguna vez. Salvo excepciones un fantasma recorre mayoritariamente en el número de versos desolados casi todas miradas en la madurez desde cuanto hemos llamado poesía de la edad. Pero también como preocupación reinsistente y prioritaria frente a lo lúdico o lo circunstancial, pues el dios Tiempo y su novia Tristeza están muy presentes desde los años 80, promoción de nuestro poeta. Miren si no los ejemplos de Felipe Benítez Reyes, Juan Lamillar o Carlos Marzal, Antonio Moreno, Antonio Cabrera etc. Ramón García Mateos no es en este sentido una excepción. Hay una marca de época que les diferencia de los jóvenes del 2000, los nacidos hacia 1975, que hemos llamado poéticas del fragmento y más o menos antologadas en Deshabitados por Juan Carlos Abril, donde la ironía sirve de escudo.

Ramón García Mateos se presenta en esta antología con el sello timbrado y generacional del compungimiento, o de las poéticas de lo desolado ma non troppo, pues no es un catastrofista, sino un sentimental pugnando con memoria y olvido igualmente (aunque a veces el imán compungido le prenda férreamente). Preguntando o buscando las palabras que nunca volverán… En efecto ahí está buena parte de su época, que a veces adopta salones de la nostalgia y otras los recogimientos de las paredes blanqueadas de Zurbarán. Ahí está el asunto de fondo, como hemos anticipado, melancólico. Pero igualmente hay una fuerte correspondencia con su tiempo desde los metros. Así hay poemas en prosa, proemas, por decirlo con Francis Ponge y Octavio Paz, y versículos donde a veces encontramos callados homenajes a Juan Carlos Mestre, pues su perspectiva tropológica se ancla en el asociativismo irracional clasicista, sin temor a desbordarse en palabras (sin embargo no es un logolálico, ni un ashberyano, ni busca esos juegos lowellianos). Pero además trae, y eso le diferencia de muchos contemporáneos, una variedad estrófica enorme en palos menores y mayores, como el olvidado soneto, donde conjuga a veces esa pulsión de muerte o melancólica con el ejercicio de la composición clásica. Lo cual es muy inusual al día de hoy e incluso tiene beligerantes enemigos, y construidos espléndidamente, con cénit, en Tal vez el gesto último prevenga. Pero no solo expone reflexión abstracta sobre una actitud existencial como en el citado ejemplo, sino también la concreta sobre lugares y rostros que se olvidan, o mirados con ternura en los derrotados de todas las batallas en el arrabal de senectud. También hay un poeta social ahí desde una mirada nueva y fresca, actual y atenta, conmiseratoria y denunciadora, en esa mezcla de melancolía, ternura y denuncia con espléndidos poemas como Mira esa plaza con palomas ciegas. Estamos pues ante una antología necesaria y significativa que faltaba.

Pertenecen los versos de García Mateos a ciertas obsesiones recurrentes tal y como suele ocurrir en los escritores que no impostan: el paso del tiempo, el olvido del dolor y la memoria hiriente, (Venid todos), la añoranza (el estupendo versículo del proema en Nieva tras los cristales, donde el contemplativo muestra oficio). El mismo que se eleva decantado e intenso también hacia eros en una de las joyas del libro Poema del cuerpo y del abismo de explícito nombre. Pues siempre es habitado por el huérfano este hijo del dolor y la herida, al poeta buscando lo que perdí e intentando sanarlo con este bálsamo de Fierabrás de la escritura (a veces oterianamente a contraverso). Muy verosímil y con un corazón en la mano sabiamente filtrado por el oficio, este deseoso de olvido, siempre doliente e insatisfecho, reclamando un presente sin memoria o iluminarse de calma y mediodía, trae toda su aventura y dolor como inventio, bajo el paraguas de los nuevos modos. Plenos de lecturas pronto acalladas hacia registros propios como en los ejemplos dados. Estamos fundamentalmente ante un poeta que nunca versifica, y prefiere mostrar sus orígenes lectores, que traicionar su mundo personal. O el fiel desasosiego con que se nos acerca casi siempre dolorido. Inconformista, apasionado y reflexivo, grave y añorante (hermosísimo homenaje a Claudio Rodríguez en Esta triste mañana, de septiembre), llega Ramón García Mateos trayendo y dejando neologismos y perspectivas, lo clásico y lo posmoderno, sin caer nunca en lo huero o en lo hermético sin duende…y nos ofrece este libro echado en falta desde hace mucho tiempo y a un poeta con mundo propio. No muchos pueden decirlo.

Rafael Morales Barba

viernes, 22 de julio de 2011

Fábula de los Goliardos, de Alfredo Gavín Agustí

Para Ramón, Pepe y Manuel, sin el olvido de nadie.



Hombres que besan a hombres antes de la batalla.
Hermanos ante el incierto aviso de la fama o la muerte que se esconde tras los telones.
Hombres que entran al ruedo del encanto y la fábula y abren el interruptor del amor, para que vayan dando luz los corazones y música las historias,
que pulsan una cuerda o una voz
y dan paso a un desfile de colibríes danzando en las bocas de las madres,
y acaso, como el que no espera nada, aparecen países enteros como Portugal en una sílaba,
y se extienden alas que sobrevuelan las infancias con sus misterios cruzando entre los bosques,
y se embarcan doncellas hacia la mar amarga,
y vuelven los vencejos a disparar certidumbres,
y tiemblan como un Adriático las luces de las esquinas donde nunca se cometerá un crimen.

Las palabras dichas con afecto expulsan a los demonios.
Los versos dichos con deseo son un juego de mujeres bañándose en el río.
Los hombres que cantan juntos espantan a la muerte.

La voz agachada de Pepe,
que se encierra en el claustro de las encinas para desgranar el oro de su penumbra,
recoge en un pañuelo las viandas que se llevan a la cárcel,
un tabaco perfumado por las lágrimas del sentimiento,
un pan seco que hace fuerte el cuerpo incólume del humo en las entrañas,
una razón de libertad escondida en el pecho de un pájaro, para que el guarda no diga,
con un tono de sospecha y amenaza: “¿quién pía aquí?” “¡aquí no pía ni dios!”

y eso es una redención,
la redención de una pena para que los inocentes salgan de sus casas encaladas,
y vuelvan los niños a rendir un homenaje al río salpicando de barro el corcel de la tarde,
para que las niñas sigan trenzando su pelo limpio aun entre las mugres del rock duro,
para que yo haga una pausa entre las tenazas de mis deberes y las servidumbres de mis
tenazas, y tal vez atisbe un cárdeno sol desde el balcón abierto de la montaña.

Ramón, que es mayor que un parto,
más alto que todas la culebras juntas que quieren morderle los pies,
más maduro que un océano con todas sus algas y todos sus peces y todas sus aves que lo revolotean,
brega con el agua de los pozos que apagan la sed,
rinde su estatura de guardián de la memoria para que esa agua llegue a todas las bocas,
las sinceras y las equívocas, las ofídicas y las benéficas,
sin que haya en él ni error ni fatiga, pues no se cansa quien se sabe digno de una misión.

Manuel, que tiene la alegría de la hojalata en las calles empedradas,
domestica al gato con el humor del perro y al perro con el son del loro.
Después salta como un jilguero por encima del dolor
-acróbata de las llamas indocumentadas-
porque se sabe que no es un erudito de la pesadumbre,
ni está hecho para sus menesteres,
ni aspira a detentar una cátedra,
ni a tener el prestigio que este país otorga a la tristeza.

Yo los veo a los tres, cómo erigen su elemental tinglado de ozono,
-improvisados nómadas montando su refugio de miradas-
cómo se besan como hermanos o primos o guerreros o actores o príncipes antes de salir
a la desnudez de sus músicas, de sus palabras,
y entiendo que se entregan a una ceremonia pobre de materia, rica de ilusión,
de la que, tal vez, los que somos espectadores, gorriones de plaza arbolada,
salgamos más podridamente sentimentales, más consolados.

Brindo por ellos con el vino que no bebo
por la sencilla verdad que sí tienen y que ellos reparten
como hacen los desiertos con sus criaturas invisibles.

Alfredo Gavín Agustí





ALFREDO GAVÍN AGUSTÍ nace en Riba-roja d'Ebre (Tarragona – España). Expresa su creatividad mediante la palabra y la imagen plástica. Ha publicado los libros de poesía Ceremonias de paso (1992), Decir buenos días nuevamente (1997), Sonetos de la intemperie (2001), El som¬ni d’un riu (2002), Allí donde el amor (2003), Els castells de la memòria (2008), Mirall de la metròpoli (2008), El hijo de Clint Eastwood (2011), y ha participado en diferentes libros colectivos: Pasión primera (1984), Homenaje a Vicente Aleixandre (1985), Poemax (1999), Tempestades de amor contra los cielos, Homenaje a José Agustín Goytisolo (2000), El Jaikú en España (2002), La ciutat pels carrers. 27 mirades sobre Tarragona (2002), Palabras frente al mar (2003), Cambrils retrat amb paraules (2005). En la vertiente plàstica ha ilustrado varias portadas de libros (suya es la imagen que ilustra Rumor de agua redonda (Antología 1998-2010) de Ramón García Mateos), poemas y revistas como La poesía, señor Hidalgo. Ha expuesto sus tintas y acuarelas en diferentes espacios de Tarragona.

miércoles, 20 de julio de 2011

Desde el ancho deseo de quererte


Escribo para recordar un tiempo inexistente, pasado sin aristas al sur de la memoria, las horas que se fueron por el agua hacia el mar. Recordar es mentir, inventar ese bálsamo que endulce la amargura del instante perdido, la derrota insalvable en la dura pelea de la sombra y la luz. Escribir es mentir, y mintiendo, en palabras que se crecen, altivas, sobre el rostro imposible de todas las ausencias, construyo el horizonte, alzo mi casa al borde de un camino, hablo de amor y nacen las caricias, los besos y el perfume tan alto de tu boca. Con palabras de arcilla, con sílabas de cieno, con palabras de luna y sílabas de fuego.

Escribo rozando el corazón del aire, y en un verso desbocado, sin estribo ni brida, se hace el aire relincho —Rocinante del alba—, reclamando justicia, un bramido insolente contra el cielo argentado de los dioses absurdos, levantando su belfo en un grito de sangre, en un grito de espuma, en un grito que es aire de palabras y versos, palabras que me salvan de esta vieja e inútil y amarga propensión a todos los desastres.

Escribo desde el ancho deseo de quererte, de alcanzar los desiertos esquivos de tu cuerpo: tan cercano y tan mío, tan aroma y tan miel; escribo desde el ansia sin linde de caricias, de suspiros quebrados en un muslo de acacia y la piel de amatista y los besos en flor; escribo con la tinta azul de las quimeras, con el alma en un verso, con el pecho y el hígado, con el pulso y la sangre, con pulmón y riñones, dejando en las palabras el tiemblo de un acorde, el plectro sin consuelo que tañe el corazón.

(C) Ramón García Mateos
De ronda y madrugada
Voz
María García Esperón
Música
Nightnoise
MMXI

Monográfico sobre Ramón García Mateos

García Mateos nació en Salamanca y llegó a Cambrils como profesor de literatura. Escribe poesía, escribe sobre folclore castellano, escribe ensayo sobre literatura y narra vivencias paraliterarias. También tiene un grupo de recitación poética, Goliardos, luego es "competencia" para El Silbo. Competencia... bien entendida, pues forma parte de lo que un día dimos en llamar "conexión juglaresca", es decir, más complicidad que competencia, o asunción de la consigna con que termina León Felipe su "Romero solo":

Poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo,
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.

Goliardos: Pepe Jiménez, Ramón y Manuel del Ojo

Con Jaume Arnella, Javier Tárraga, El Silbo, y algunos colegas más, Ramón y sus Goliardos han hecho de la conexión juglaresca un signo de identidad, compartiendo con su público el trabajo de recitadores y cantores de poesía, y el de sus primos hermanos, los narradores orales, romanceros, etc. Colaborando con su Ayuntamiento y con la Universidad Rovira y Virgil, han hecho de Cambrils un enclave juglaresco envidiable.

López Carrillo, Luis F, Álvaro García, Ignacio Sanz, Hortensia Grau, Grassa Toro, Ana Rabal, J.C. Mestre, Pepe Jiménez, Ramón Oteo.

Con Goliardos, El Silbo ha compartido muchas leguas de camino. En Aragón los tuvimos en todos los programas que nos fue dado incluirlos: Más o menos juglares, Poetas para el recuerdo, Noches de Juglares, Festival de Oralidad de Huesca, Sal a Remolinos... siempre con el agradecimiento del público, porque la sencillez y limpieza de la propuesta gusta. Allende los mares, compartimos funciones y conferencias en Cienfuegos y La Habana dentro del Festival Hispano-Cubano.

Una de las pasiones de Ramón, la que selló su amistad con Paco Ibáñez, fue José Agustín Goytisolo, del que llegó a hacer, con Carme Riera, la edición de sus Poesías Completas (Lumen, 2009). El III Congreso Internacional sobre J.A. Goytisolo, celebrado en Cambrils el año 2005, adjuntó a las Actas un cd. con las intervenciones de Voces de la Tierra, Goliardos y Luis Felipe.

Oviedo, 2008. Paco Ibáñez y Ramón

Hoy, García Mateos está feliz y nos lo cuenta:

Las escritoras Alejandra Moglia (Argentina) y María García Esperón (México me regalan este bloc/bitácora de mi poesía construido al alimón. Es un prodigio inexplicable -o casi- que desde el otro lado del mundo reciba tanto cariño y tanto amor hacia mis palabras. Estoy como un niño con zapatos nuevos. Por eso lo comparto con vosotros.

Y nosotros con ustedes: De amor y de copla
Un monográfico prodigioso para saber de la obra de Ramón García Mateos. Desde aquí, como amigos y devotos de la obra de Ramón, nuestra admiración y agradecimiento a María García Esperón y Alejandra Moglia.

Luis Felipe Alegre Seró